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octubre 10, 2025

El anillo de compromiso de Lady Di, muy popularizado en los últimos tiempos, es una de las joyas más icónicas de la realeza británica. Su pieza central es un zafiro azul ovalado de 12 quilates rodeado por un halo de 14 diamantes blancos, todo montado en un elegante engaste de oro blanco de 18 quilates.
Este anillo resultaba poco convencional para la época, en contraste con los clásicos solitarios de diamante con los que se pedía la mano. Su elección no pasó desapercibida: era una pieza moderna, atrevida y profundamente personal, que reflejaba el deseo de la princesa Diana de Gales de mostrar su propio gusto y estilo, en lugar de seguir al pie de la letra las tradiciones.
Además, Diana marcaba tendencia con todo lo que llevaba, y este anillo no fue la excepción. Hoy en día, las pedidas de mano de numerosas influencers han contribuido a que este anillo se convierta en uno de los más deseados entre quienes planean casarse.
Al ser una sortija tan icónica, en BIJOYA no solo encontrarás su versión en zafiro, sino que también en rubí, esmeralda y dos piedras semipreciosas que dan un toque ideal a la sortija: la aguamarina y morganita.
Estas piedras semipreciosas, provenientes del berilo, tienen un color muy delicado y sutil, perfectas para combinar con tus looks.
En 1981, el Príncipe Carlos lo eligió para pedir matrimonio a Diana Spencer, y su elección marcó tendencia: en lugar de un diamante solitario, apostó por una piedra de color con un diseño que combinaba elegancia, modernidad y un toque distintivo.
El anillo formaba parte del catálogo de la joyería, accesible al público en general, lo que generó cierta polémica, ya que lo habitual era optar por piezas creadas de manera exclusiva para la realeza.
En este blog te contamos la historia del icónico anillo de la princesa de Gales, cuya trayectoria lo ha convertido en uno de los favoritos de muchas.
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Desde entonces, el estilo Lady Di se ha convertido en referencia obligada en anillos de compromiso con halo de diamantes. El magnetismo del diseño Lady Di ha conquistado a numerosas personalidades.
Este recorrido demuestra que la base del diseño —piedra central de gran tamaño, orla de diamantes y engaste de alta calidad— es atemporal y versátil, adaptable a diversas piedras como el rubí, la esmeralda y dos opciones más que os encantarán…
En BIJOYA hemos querido rendir homenaje a este diseño legendario creando dos nuevas versiones de oro blanco de 18 quilates. La primera, con una aguamarina central rodeada de diamantes, evoca frescura y luminosidad. La segunda, con una morganita central también rodeada de diamantes, aporta calidez y romanticismo.
Ambos anillos cuentan con 12 diamantes que abrazan la piedra central, aportando mucha luz al anillo. A diferencia del zafiro, estas dos piedras poseen un color más tenue, dándoles una sutileza ideal. Además de ser piedras espectaculares, tienen características muy favorables que las convierten en la elección perfecta para incorporar en este tipo de anillos.
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La aguamarina es una piedra semipreciosa perteneciente a la familia del berilo, de igual forma que la esmeralda. Se caracteriza por su color azul pálido que aporta mucha sensación de luz. Tiene una dureza de entre 7.5 y 8 en la escala de Mohs, por lo que es una piedra ideal para su utilización en la joyería.
Su nombre proviene del latín aqua marina, que significa “agua de mar”, en alusión a su color. A lo largo de los siglos ha sido usada en coronas, joyas reales y piezas de alta joyería. En el siglo XX, su uso se disparó gracias a su durabilidad y frescura estética, especialmente en anillos de compromiso diamante con un toque distintivo.

La morganita es también una variedad del berilo. En su caso, su característico tono rosado o melocotón se debe a trazas de manganeso en su composición química. Su dureza en la escala de Mohs, de 7.5 a 8, la hace resistente a los arañazos y, por lo tanto, adecuada para su uso en joyas.
Esta piedra semipreciosa fue descubierta en 1910 por el gemólogo George F. Kunz. Aunque descubierta a principios del siglo XX, su popularidad creció sobre todo a partir de la década de 1980, coincidiendo con una tendencia a usar gemas de color en anillos de compromiso como alternativa a los diamantes tradicionales.

El legado del anillo de Lady Di sigue vivo, reinventándose para enamorar a nuevas generaciones. En BIJOYA hemos querido conservar la esencia atemporal de este diseño —la piedra central imponente, el halo de diamantes y el engaste en oro blanco de 18 quilates—, pero dándole un aire renovado con dos gemas que aportan matices únicos.
La aguamarina, con su frescura cristalina y reflejos de mar, ilumina la sortija con un brillo sereno y sofisticado. La morganita, con su delicado tono rosado, envuelve el diseño en un halo de romanticismo y calidez.
Dos interpretaciones diferentes de una misma joya icónica, pensadas para aquellos que buscan un anillo con historia, personalidad y un toque distintivo.
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